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Qué módulos priorizar al implantar un ERP industrial

Qué módulos priorizar al implantar un ERP industrial – esquema visual de procesos clave en entornos de producción.

Llevo más de 20 años implantando sistemas de gestión en empresas industriales. Desde fabricantes de piezas metálicas hasta conserveras, pasando por empresas de congelado, todas comparten una verdad incómoda: no existe una fórmula mágica ni un orden universal. Pero sí hay una lógica funcional que hemos aprendido a base de errores, éxitos y, sobre todo, de muchas horas escuchando a gerentes y operarios.

Implementar un ERP no es simplemente instalar un software. Es transformar procesos, romper inercias, y en muchos casos, desafiar una cultura empresarial.
Por eso, si estás pensando en poner en marcha un ERP industrial, lo primero que debes saber es qué módulos debes implantar primero, y por qué ese orden importa tanto.

¿Por qué el orden de implantación importa?

No es solo tecnología, es estrategia

Una de las primeras cosas que aprendimos implantando ERPs es que empezar por donde “menos duele” no siempre es lo más inteligente. Muchas empresas quieren empezar por el módulo de contabilidad o finanzas “porque es lo que pide el asesor”, pero eso puede ser un error si no tienes los procesos internos definidos.

En nuestras primeras implantaciones cometimos ese error. Empezábamos por donde el cliente decía… y acabábamos haciendo doble trabajo porque los datos maestros no estaban listos, o porque compras y ventas no estaban alineadas con producción.

Módulos clave en un ERP industrial: cuáles priorizar

1. Gestión de inventario y almacenes (si hay producción, esto es vital)

En empresas de metal o alimentación, el control de inventario es el corazón operativo. No hay ERP que funcione si no sabes qué tienes, dónde está, ni qué entra o sale. En muchas empresas conserveras que implantamos, empezamos por aquí porque había pérdidas invisibles de materia prima por falta de trazabilidad.

Incluso en empresas pequeñas, la gestión de lotes, caducidades o ubicaciones mal definidas terminan generando caos. Este módulo, bien implantado, ahorra miles de euros al año sin que lo notes.

2. Compras y ventas: procesos que alimentan al ERP

Una vez asegurado el control de inventario, el siguiente paso es conectar el flujo de entrada y salida. El módulo de compras y ventas es donde realmente empieza a funcionar el sistema: pedidos, presupuestos, condiciones, precios, clientes, proveedores…

Pero aquí viene el problema que más veces vimos: la información está en Excel, en la cabeza del comercial, o en libretas. Centralizar todo eso requiere tiempo y, sobre todo, compromiso.
Tuvimos más de un caso donde este módulo tardó el doble en implantarse porque nadie quería cambiar “su forma de hacerlo”.

3. Producción y planificación (para empresas con procesos industriales)

Aquí empiezan los verdaderos dolores de cabeza. Implantar el módulo de producción implica conocer los tiempos, centros de trabajo, consumos, rutas, etc. En empresas metalúrgicas, por ejemplo, es habitual que el conocimiento de los procesos resida solo en el encargado de planta. Si no se documenta bien, no hay ERP que funcione.

En una empresa de estructuras metálicas, la implantación se alargó meses porque nadie sabía explicar bien cómo se fabricaba exactamente un producto. Aprendimos que antes de implantar el módulo de producción, hay que mapear la realidad de la fábrica y traducirla a lenguaje ERP.

4. Contabilidad y finanzas: no antes de tiempo

Aunque muchos quieren empezar por aquí, mi consejo es claro: no implantes contabilidad hasta que no tengas los módulos operativos funcionando.
¿Por qué? Porque la contabilidad extrae datos de compras, ventas, pagos, etc. Si estos datos llegan mal o incompletos, la contabilidad se convierte en una pesadilla.

En uno de nuestros clientes del sector de congelados, nos tocó rehacer todo el módulo contable porque empezaron sin tener bien definidos ni los centros de coste ni los proveedores. Tiempo y dinero perdidos.

Los errores más comunes en la implantación de un ERP industrial

1. Subestimar la resistencia al cambio

Uno de los mayores obstáculos que enfrentamos no fue técnico, sino humano. Hay trabajadores que llevan 20 años haciendo las cosas de una manera, y cuando llega el ERP, sienten que “se les fiscaliza” o que el sistema “no les deja trabajar”.

Si no hay una estrategia clara de comunicación y formación, el ERP no se usará bien, o directamente no se usará.
En varias implantaciones, tuvimos que frenar el proceso porque el personal se negaba a introducir datos, lo veían como “trabajo extra”.

2. Falta de liderazgo desde gerencia

Sin el apoyo activo de la gerencia, la implantación se diluye. No basta con decir “que lo hagan”. En los proyectos exitosos que hemos tenido, el director general o gerente estaba presente en reuniones clave, pedía resultados, y motivaba personalmente a los equipos.

Donde esto no ocurrió, el proyecto quedó cojo, se alargó… o directamente fracasó.
El ERP es una herramienta estratégica, no solo informática.

Recomendación final: empieza donde tengas más dolor… pero con visión global

Hay que saber detectar dónde está el cuello de botella operativo actual y comenzar por ahí, pero sin perder de vista la visión integral. Un ERP no es una colección de módulos aislados, sino un sistema que debe conectar todas las áreas de la empresa.

El mejor consejo que puedo darte, después de 20 años desarrollando e implantando estos sistemas, es este:
👉 Implanta lo necesario primero, pero prepara lo importante desde el inicio.